Un sábado tranquilo, dos correcaminos, una montaña... pues a subir... y eso hicimos, el señor Melo y un servidor, que pechada, un par de tramos el pie al suelo pues la goma no agarraba todo lo que quisimos, llegando a la cumbre, unos momentos de meditación y descanso y el ansiado descenso, no sin dolor de manos una bajada de vértigo... al tocar piche, nos encontramos con Ulises y el pequeño David... unas cervecitas y a la burra, en esta ocasión de vuelta a casa, por Parque La Reina... a descansar que mañana hay que nadar....